martes, 31 de marzo de 2009

Disfraz, teatro y el camino de la vida en “El burlador de Sevilla”

“En esta lucha de lobos, es necesario el disfraz, el camuflaje, la ocultación y el disimulo […] para encubrir las propias intenciones al mismo tiempo que desenmascaramos los designios secretos de los demás.” (128, González García)

En “El burlador de Sevilla” se puede observar, como Don Juan hace uso de las ambiciones de vida de las demás personas, y de las mentiras que él pueda usar para ocultarse y disfrazarse, así él va a engañar a Isabela en medio de la noche haciéndose pasar por su prometido. Casi al mismo tiempo vamos a ver, que cuando la muchacha descubre la falsedad de su encuentro amoroso, se desenmascara ella misma y las intenciones que tenía, que al hacer lo que hizo era para atrapar a su prometido y así ascender o mantener su posición social, o en el caso de Aminta, donde vemos que el burlador vuelve a engañar, y que además hace uso de su posición social, para ser más atractivo a los ojos de esta joven y a los de su padre, rompiendo de esta manera el matrimonio de esta. Al parecer a Don Juan no lo mueve una ambición política o económica sino el simple placer de realizar la burla.
Lo que presenta esta obra es como las personas de la época se comportaban para obtener una mejor posición social, y de esta manera obtener un poder casi infinito. Don Juan siempre se presenta como una persona, que cree que su vida es muy larga, y que su castigo si es que ha de llegar, no será pronto ya que siempre comenta ¡Qué largo me lo fiáis! (36, De Molina) Pero no es un camino largo ya que la justicia si bien no será aplicada por una ley humana (el rey o su padre) Provendrá de la mano divina, bajo la figura de un difunto Don Gonzalo, quien será el que le aplique el castigo correspondiente que será la muerte.
En el texto se presenta la obsesión con la muerte, la fragilidad del ser humano lo corta que es la vida y el camino por esta, además hace una crítica a la forma en que se comportaban las personas nobles y plebeyas, que siempre tenían una segunda intención en sus acciones, pero en un mundo en el cual existía una naturaleza retorcida se hacía indispensable este comportamiento para la supervivencia en el ámbito social, siendo de este modo una representación de las contradicciones barrocas.

Teatro y disfraz en el Burlador de Sevilla

Tisbea hace teatro en su actitud personal y frente a los demás. Este comportamiento, que pudieramos aceptar como virginal, se acomoda muy bien al paisaje natural que rodea a esta elegida de Artemisa. Tisbea se disfraza ante los pescadores compañeros: el amor no la vence en ninguno de ellos. Sólo faltará la llegada de Don Juan, el hidalgo, para ella ir dejando atrás el disfraz de doncella. Y aún así, seguirá actuando hasta el momento de gozar con Don juan.
El teatro y el disfraz de Tisbea fundan su razón de ser, en la necesidad social de nuestra era moderna de contener las pasiones amorosas. No se hace viable una sociedad en la cual estas se desborden. De ahí que, Tisbea tenga que actuar a fin de regular sus motivos escondidos, los cuales serán despertados por Don Juan. Al mismo tiempo que, Tisbea encontrará en la actuación una salida a la confusión de mundo que habita.
Volvemos sobre las contradicciones del Barroco. Por un lado, el disfraz frena las fuerzas ocultas de la personalidad. Por otro, despierta la idea de la participación en el mundo como "confuso laberinto".

lunes, 30 de marzo de 2009

Poesia barroca.

LA POESIA AMOROSA

¿Quién es amor? - Infierno de vida.
¿De quién nace? - Del ciego atrevimiento.
¿De quién vive? - El favor es su alimento.
¿Qué fuerza tiene? - Estar al alma asida.

¿Da muerte amor? - Amor es homicida.
¿Da vida amor? - Mezclada con tormento.
¿Dónde asiste? - En el ciego entendimiento.
Pues, ¿algo tiene amor?- Gloria fingida

¿Que tiene bueno amor?- Algún secreto.
Todo lo vence amor, griegos y godos.
Nadie se escapa, el mundo está sujeto.

Desmayarse, atreverse, estar furioso.
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo.
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido,receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño.

¿Con qué engaña amor? - De varios modos.
¡Oh amor, vuelve por ti! Dime ¿a qué efecto
todos te infaman y te buscan todos?

Creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

LOPE DE VEGA

domingo, 29 de marzo de 2009

Literatura Barroca


Es hielo abrasador, es fuego helado
es herida que duele y no se siente,

es un soñado bien, un mal presente

es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que no nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,

que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.


Este es el niño amor, éste es su abismo.
¡Mirad cual amistad tendrá con nada

al que en todo es contrario de si mismo!

FRANCISCO DE QUEVEDO

La presentación inicial

Presentacion Barroco2

¿Fernando Pessoa barroco?



Avanzo lentamente, muerto, y mi visión ya no es nada: es sólo la del animal humano que ha heredado sin querer la cultura griega, el orden romano, la moral cristiana y todas las demás ilusiones que forman la civilización en la que siento.

¿Dónde estarán los vivos?

[…]

La tragedia principal de mi vida es, como todas las tragedias, una ironía del Destino. Recuso la vida real como una condenación; recuso el sueño como una liberación innoble. Pero vivo lo más sórdido y lo más cotidiano de la vida real; y vivo lo más intenso y lo más constante del sueño. Soy como un esclavo que se emborracha por la siesta –dos miserias en un solo cuerpo.

[…]

Todo en torno a mí está el universo, desnudo, abstracto, hecho de negaciones nocturnas. Me divido entre cansado en inquieto, y llego a tocar con la sensación del cuerpo un conocimiento metafísico del misterio de las cosas. A veces se me ablanda el alma, y entonces los pormenores sin forma de la vida cotidiana se me flotan a la superficie de la conciencia, y estoy efectuando botaduras a la superficie de no poder dormir.


En: Fernando Pessoa, Libro del desasosiego
(Seix Barral, 1988. Traducción de Ángel Crespo).

sábado, 28 de marzo de 2009

A mi buitre

Este buitre voraz de ceño torvo
que me devora las entrañas fiero
y es mi único constante compañero
labra mis penas con su pico corvo.

El día en que le toque el postrer sorbo
apurar de mi negra sangre, quiero
que me dejéis con él solo y señero
un momento, sin nadie como estorbo.

Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría

mirada al ver la suerte que le amaga
sin esta presa en que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.

Miguel de Unamuno

jueves, 26 de marzo de 2009

Otro de Quevedo leído en clase

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es su abismo.
¿Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

miércoles, 25 de marzo de 2009

Ejercicio para el día miércoles 01/04

Lea con atención el artículo "La cultura del Barroco: figuras de ironía e identidad" de Jose M. González García vinculado desde este blog en la sección Vínculos útiles. (También está en el material fotocopiado). En ese artículo el autor describe algunas figuras que representan el dilema barroco de la identidad. Escoja una o varias es estas figuras y de alguna manera muestre como se reflejan en El burlador de Sevilla. El texto no debe ser superior a la cuartilla (vaya al grano, sea conciso) No se trata de un ensayo, es un breve comentario. Este texto debe ser publicado en el blog para el día Miércoles 1 de abril.

lunes, 23 de marzo de 2009

Sobre el barroco

En su Diario literario 2003, Variar vida y destino, el profesor Alejandro Oliveros comenta diez consideraciones "que deben ser tomadas en cuenta a la hora de enfrentar lo barroco"; aquí las cito (p.252):

1. Deterioro del mundo clásico.
2. Los reyes: del siglo XV al XVII.
3. La naturaleza: de amiga a enemiga.
4. El amor de día y el amor nocturno.
5. El cuerpo. La enfermedad.
6. El tiempo, la muerte.
7. Más lejos y más cerca de Dios.
8. El burlesco.
9. El gran teatro que es el mundo. El mundo es un teatro.
10.Teatro dentro del teatro, poema dentro del poema, el cuadro dentro del cuadro.

Lope de Vega

Lope de Vega ( Soneto)


Muera la vida y vivo yo sin vida
Ofendiendo la vida de mi muerte;
Sangre divina de las venas vierte
Y mi diamante su dureza olvida.

Está la Majestad de Dios tendida
En una dura cruz y yo de suerte
Que soy de sus dolores el más fuerte
Y de su cuerpo la mayor herida.

¡Oh duro corazón de mármol frío!
¿Tiene tu Dios abierto el lado izquierdo
Y no te vuelves un copioso río?

Morir por él será divino acuerdo,
Mas eres tú mi vida, Cristo mío,
Y como no la tengo, no la pierdo.

domingo, 22 de marzo de 2009

Amante Agradecido A Las Lisonjas Mentirosas De Un Sueño

¡Ay, Floralba! Soñé que te… ¿Dirélo?
Sí, pues que sueño fue: que te gozaba.
¿Y quién, sino un amante que soñaba,
juntara tanto infierno a tanto cielo?

Mis llamas con tu nieve y con tu yelo,
cual suele opuestas flechas de su aljaba,
mezclaba Amor, y honesto las mezclaba,
como mi adoración en su desvelo.

Y dije: «Quiera Amor, quiera mi suerte,
que nunca duerma yo, si estoy despierto,
y que si duermo, que jamás despierte.»

Mas desperté del dulce desconcierto;
y vi que estuve vivo con la muerte,
y vi que con la vida estaba muerto.

Francisco de Quevedo, Poemas amorosos.

sábado, 21 de marzo de 2009

A Roma sepultada en sus ruinas

Francisco de Quevedo
A Roma sepultada en sus ruinas


Buscas en Roma a Roma ¡oh peregrino!
y en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver son las que ostentó murallas
y tumba de sí proprio el Aventino.

Yace donde reinaba el Palatino
y limadas del tiempo, las medallas
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades que Blasón Latino.

Sólo el Tibre quedó, cuya corriente,
si ciudad la regó, ya sepultura
la llora con funesto son doliente.

¡Oh Roma en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme y solamente
lo fugitivo permanece y dura!


El Parnaso español (1648) Clío. Musa I. Soneto

Otro poema de Andrew Marvell

DIÁLOGO ENTRE EL ALMA Y EL CUERPO

Alma ¡Oh! ¿Quién podrá levantar, desde esta Celda,
Un alma esclavizada en tantos modos?
Con grilletes de Huesos que aprisionan los Pies;
Y esposas en las manos.
Aquí cegada con un Ojo, y allí
Ensordecida con el tamborileo de un Oído.
Un alma suspendida, cual si fuera en Cadenas
De Nervios, de Arterias y de Venas.
Torturada, junto con otras partes,
En una vana Cabeza y un falso Corazón.

Cuerpo ¡Oh! ¿Quién habrá de liberarme totalmente
De los lazos de esta tiránica Alma?
Que tan rectamente me impele
Que voy hacia mi propio precipicio;
Y da calor y agita esta estructura que nada necesita;
(La Fiebre haría lo mismo)
Y buscando dónde volcar su despecho
Vida me dio para dejar que muera.
Un cuerpo que jamás descansar pudo
Ya que este malo Espíritu lo posee.

Alma ¿Qué magia podría confinarme
A languidecer en la pena de otro?
Donde lo que se lamenta
No puede hacer oír su queja.
Y todos mis cuidados él dispone
Para salvar lo que a mí me destruye:
Constreñida no solo a soportar
Enfermedades, sino lo que es peor, la Cura.
Y a menudo, pronta a ganar el Puerto,
Naufrago en la salud de nuevo

Cuerpo. Pero la Medicina jamás podría alcanzar
Esas dolencias que me enseñas;
Tú, que primero atormentas
Con el calambre de la esperanza,
Y luego el Paralítico Estremecimiento del Temor.
Agrávase la peste del amor
O devora la Úlcera del escondido Odio.
Aturde la gozosa Locura de la Alegría
O aqueja otra Locura de la Pena.
Lo que el conocimiento me fuerza a conocer;
Y a lo que la Memoria jamás renunciaría;
¿Quién tendría este ingenio sino un Alma
Para edificarme tan apto al pecado?
Igual los Arquitectos cuadran
Los verdes Árboles que en el bosque crecieron.


Tomado de Los poetas metafísicos ingleses del siglo XVII (El Perro y la Rana, Poesía del Mundo, 2007). Traducción de Enrique Caracciolo Trejo.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El Don Juan de Mozart

En el taller de investigación de Don Juan, proyectaremos el Don Giovanni de Da Ponte-Mozart dirigida por Joseph Losey. Será el viernes 3 de abril a las 2:30 pm en el Auditorio de la Facultad.
Están todos invitados

de Francisco de Rioja

Francisco de Rioja

Ardo en la llama más hermosa y pura
que amante generoso arder pudiera,
y necia envidia, no piedad severa,
tan dulce incendio en mí apagar procura.

¡Oh, cómo vanamente se aventura
quien con violencia y con rigor espera
que un alto fuego en la ceniza muera
mientra un alma a sabor en él se apura!

Si yo entre vagas luces de alba frente
me abraso, y entre blanda nieve y rosa,
es culpa de tu amor no hacer caso:

no es la lumbre del sol más poderosa
y agrada más naciendo en oriente
que cuando se nos muestra en el ocaso.

Francisco de Rioja

Cuando entre luz y púrpura aparece
la alba y despierto ¡ay triste! y miro el día,
y no hallo la blanca Filis mía
alba y púrpura y luz se me oscurece.

Lloro y crece mi llanto cuanto crece
más la lumbre, y la sombra se desvía;
y un torpe hielo así me ata y refría
que aun la voz para alivio me fallece.

Y a un punto apura amor con alto fuego
en este ancho desierto el pecho mío,
donde el pesar le aviva más y enciende:

Lloro, pues, y ardo así y el mal se extiende
tanto, que a luz y a sombra y a rocío
muero en llamas, y en lágrimas me anego.

de Francisco de Quevedo

Francisco de Quevedo

Represéntase la brevedad de lo que se vive
y cuán nada parece lo que se vivió



"¡Ah de la vida!" ... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde,
la salud y la edad se hayan huído!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.


Conoce la diligencia con que se acerca la muerte,
y procura conocer también la conveniencia de su venida,
y aprovecharse de ese conocimiento



Ya formidable y espantoso suena
dentro del corazón el postrer día;
y la última hora, negra y fría,
se acerca, de temor y sombras llena.

Si agradable descanso, paz serena
la muerte en traje de dolor envía,
señas da su desdén de cortesía:
más tiene de caricia que de pena.

¿Qué pretende el temor desacordado
de la que a rescatar piadosa viene
espíritu en miserias anudado?

Llegue rogada, pues mi bien previene;
hálleme agradecido, no asustado;
mi vida acabe, y mi vivir ordene.

Francisco de Quevedo
Vivir es caminar breve jornada

Descuido del divertido vivir a quien
la muerte llega impensada


Vivir es caminar breve jornada
y muerte viva es, Lico, nuestra vida,
ayer al frágil cuerpo amanecida,
cada instante en el cuerpo sepultada:

nada, que, siendo, es poco, y será nada
en poco tiempo, que ambiciosa olvida,
pues, de la vanidad mal persuadida,
anhela duración, tierra mimada.

Llevada de engañoso pensamiento
y de esperanza burladora y ciega,
tropezará en el mismo monumento,

como el que, divertido, el mar navega,
y, sin moverse, vuela con el viento,
y antes que piense en acercarse, llega.



Francisco de Quevedo



Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo: vi que el sol bebía 5
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos, 10
mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

Francisco de Quevedo
Retrato de Lisi que traía en una sortija

En breve cárcel traigo aprisionado,
Con toda su familia de oro ardiente,
El cerco de la luz resplandeciente,
Y grande imperio del Amor cerrado.

Traigo el campo que pacen estrellado
Las Fieras altas de la piel luciente;
Y a escondidas del Cielo y del Oriente,
Día de luz y parto mejorado.

Traigo todas las Indias en mi mano,
Perlas que en un diamante por rubíes,
Pronuncian con desdén sonoro hielo,

Y razonan tal vez fuego tirano
Relámpagos de risa carmesíes,
Auroras, gala y presunción del Cielo.

De Francisco de Medrano

Francisco de Medrano

Veré al tiempo tomar de ti, señora,
por mí venganza, hurtando tu hermosura;
veré el cabello vuelto en nieve pura,
que el arte y juventud encrespa y dora;
y en vez de rosas, con que tiñe ahora
tus mejillas la edad, ay, malsegura,
lilios sucederán en la madura,
que el pesar quiten y la embidia a Flora.
Mas cuando a tu belleza el tiempo ciego
los filos embotare, y el aliento
a tu boca hurtare soberana,
bullir verás mi herida, arder el fuego:
que ni muere la llama, calmo el viento;
ni la herida, embotado el hierro, sana.

Francisco de Medrano

A Don Juan de Arguijo, contra el artificio

Cansa la vista el artificio humano,
cuanto mayor más presto: la más clara
fuente y jardín compuestos dan en cara
que nuestro ingenio es breve y nuestra mano.
Aquel, aquel descuido soberano
de la Naturaleza, en nada avara,
con luenga admiración suspende y para
a quien lo advierte con sentido sano.
Ver cómo corre eternamente un río,
cómo el campo se tiende en las llanuras,
y en los montes se añuda y se reduce,
grandeza es siempre nueva y grata, Argío;
tal, pero, es el autor que las produce:
¡oh Dios, inmenso en todas sus criaturas!

De Lope de Vega

Lope de Vega

CANTAR DE SIEGA

Blanca me era yo
cuando entré en la siega;
dióme el sol y ya soy morena.
Blanca solía yo ser
antes que a segar viniese
mas no quiso el sol que fuese
blanco el fuego en mi poder.
Mi edad al amanecer
era lustrosa azucena;
¡o dióme el sol y ya soy morena!


Lope de Vega

Versos de amor, conceptos esparcidos,
engendrados del alma en mis cuidados,
partos de mis sentidos abrasados,
con más dolor que libertad nacidos;
expósitos al mundo, en que perdidos,
tan rotos anduvistes y trocados,
que sólo donde fuistes engendrados
fuérades por la sangre conocidos;
pues que le hurtáis el laberinto a Creta,
a Dédalo los altos pensamientos,
la furia al mar, las llamas al abismo,
si aquel áspid hermoso nos aceta,
dejad la tierra, entretened los vientos,
descansaréis en vuestro centro mismo.

Lope de Vega

Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse,
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.


Lope de Vega

Es la mujer del hombre lo más bueno,
y locura decir que lo más malo,
su vida suele ser y su regalo,
su muerte suele ser y su veneno.

Cielo a los ojos, cándido y sereno,
que muchas veces al infierno igualo,
por raro al mundo su valor señalo,
por falso al hombre su rigor condeno.

Ella nos da su sangre, ella nos cría,
no ha hecho el cielo cosa más ingrata:
es un ángel, y a veces una arpía.

Quiere, aborrece, trata bien, maltrata,
y es la mujer al fin como sangría,
que a veces da salud, y a veces mata.



Lope de Vega

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.


Lope de Vega

¡Pobre barquilla mía,
entre peñascos rota,
sin velas desvelada,
y entre las olas sola!

¿Adónde vas perdida?
¿Adónde, di, te engolfas?
Que no hay deseos cuerdos
con esperanzas locas.

Como las altas naves,
te apartas animosa
de la vecina tierra,
y al fiero mar te arrojas.

Igual en las fortunas,
mayor en las congojas,
pequeña en la defensas,
incitas a las ondas.

Advierte que te llevan
a dar entre las rocas
de la soberbia envidia,
naufragio de las honras.
(…)
Merezca que le pidas
al bien que eterno gozas
que adonde estás me lleve,
más pura y más hermosa.

Mi honesto amor te obligue,
que no es digna victoria
para quejas humanas
ser las deidades sordas.

Mas, ¡ay!, que no me escuchas.
pero la vida es corta:
viviendo, todo falta;
muriendo, todo sobra.

De Góngora

Luis de Góngora

De la brevedad engañosa de la vida (1623)

Menos solicitó veloz saeta
destinada señal que mordió aguda;
agonal carro por la arena muda
no coronó con más silencio meta
que presurosa corre, que secreta
a su fin nuestra edad. A quien lo duda,
fiera que sea de razón desnuda,
cada Sol repetido es un cometa.
¿Confiésalo Cartago y tú lo ignoras?
Peligro corres, Licio, si porfías
en seguir sombras y abrazar engaños.
Mal te perdonarán a ti los las horas,
las horas que limando están los días,
los días que royendo están los años.

Góngora

La dulce boca que a gustar convida
Un humor entre perlas distilado,
Y a no invidiar aquel licor sagrado
Que a Júpiter ministra el garzón de Ida,
Amantes, no toquéis, si queréis vida;
Porque entre un labio y otro colorado
Amor está, de su veneno armado,
Cual entre flor y flor sierpe escondida.
No os engañen las rosas que a la Aurora
Diréis que, aljofaradas y olorosas
Se le cayeron del purpúreo seno;
Manzanas son de Tántalo, y no rosas,
Que pronto huyen del que incitan hora
Y sólo del Amor queda el veneno.

Góngora
Soneto

Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;
mientras a cada labio, por cogello.
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo,
en polvo, en sombra, en nada.

De los Argensola

Lupercio Leonardo de Argensola
Al sueño

Imagen espantosa de la muerte,
sueño cruel, no turbes más mi pecho,
mostrándome cortado el nudo estrecho,
consuelo solo de mi adversa suerte.
Busca de algún tirano el muro fuerte,
de jaspe las paredes, de oro el techo;
o el rico avaro en el angosto lecho
haz que temblando con sudor despierte.
El uno vea el popular tumulto
romper con furia las herradas puertas,
o al sobornado siervo el hierro oculto;
el otro, sus riquezas descubiertas
con llave falsa o con violento insulto:
y déjale al Amor sus glorias ciertas.


Bartolomé Leonardo de Argensola


«Dime, Padre común, pues eres justo,
¿por qué ha de permitir tu providencia,
que, arrastrando prisiones la inocencia,
suba la fraude a tribunal augusto?
»¿Quién da fuerzas al brazo, que robusto
hace a tus leyes firme resistencia,
y que el celo, que más la reverencia,
gima a los pies del vencedor injusto?
»Vemos que vibran vitoriosas palmas
manos inicas, la virtud gimiendo
del triunfo en el injusto regocijo.»
Esto decía yo, cuando, riendo,
celestial ninfa apareció, y me dijo:
«¡Ciego!, ¿es la tierra el centro de las almas?»
«Dime, Padre común, pues eres justo,
¿por qué ha de permitir tu providencia,
que, arrastrando prisiones la inocencia,
suba la fraude a tribunal augusto?
»¿Quién da fuerzas al brazo, que robusto
hace a tus leyes firme resistencia,
y que el celo, que más la reverencia,
gima a los pies del vencedor injusto?
»Vemos que vibran vitoriosas palmas
manos inicas, la virtud gimiendo
del triunfo en el injusto regocijo.»
Esto decía yo, cuando, riendo,
celestial ninfa apareció, y me dijo:
«¡Ciego!, ¿es la tierra el centro de las almas?»

Algunos poemas barrocos españoles

Colocaremos aquí algunos poemas del barroco español que pueden venir a cuento. Pensemos en las características del Manierismo que utiliza Curtius evitando hablar del arte barroco. Los colocaremos por autor en una selección mínima. Invitamos a todos a pegar aquí los poemas del S. XVII que juzguen pertinentes.

domingo, 15 de marzo de 2009

Un poema de Andrew Marvell

DEFINICIÓN DEL AMOR

Mi amor es de alcurnia tan rara
Como es su objeto extraño y elevado.
Fue engendrado por la desesperanza
Y lo Imposible.

Magnánima, la Desesperanza solamente
Pudo mostrarme cosa tan divina,
Allí donde jamás la débil esperanza había volado,
Mas sólo había batido sus alas de Oropel.

Y sin embargo, llegaría prestamente
Adonde mi extendida Alma está estacada,
Pero clava el Destino cuñas de Hierro,
Y siempre entre nosotros se interpone.

Pues ve el Destino con Ojo celoso
Dos amores perfectos; y unirse no los deja:
Sería esa unión su ruina
Y el fin de su Tiránico poder.

Por eso sus decretos de Acero
Como polos opuestos nos pusieron
(Aunque en nosotros gira el mundo del amor)
Para no ser por ellos abrazados;

A menos que el vertiginoso cielo caiga,
Y un nuevo Cataclismo a la Tierra desgarre,
Y, para unirnos, el Mundo
Se contraiga y sea un Planisferio.

Como líneas oblicuas, bien pueden los Amores
Saludarse en cada ángulo:
Mas son los nuestros tan exactamente paralelos
Que no habrán de encontrarse aunque infinitos.

Por eso el Amor que nos cautiva
Y que el Destino envidioso nos quita,
Es la conjunción de nuestra Mente
y la Oposición de las Estrellas.


Tomado de Los poetas metafísicos ingleses del siglo XVII (El Perro y la Rana, Poesía del Mundo, 2007). Traducción de Enrique Caracciolo Trejo.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Vieja friendo huevos


Diego Velázquez

Bibliografía preliminar

A lo largo del curso iremos complementando la bibliografía:

Bibliografía preliminar Barroco Europeo I-09

Anceschi, Luciano. La idea del barroco. Madrid: Tecnos, 1991.
Aparicio Maydeu, Javier. El teatro barroco. Barcelona: Montesinos, 1999.
Aracil, Alfredo. Juego y artificio. Madrid: Ediciones Cátedra, 1998.
Bartra, Roger. Cultura y melancolía. Barcelona: Anagrama, 2001.
Becerra Suárez. Mito y literatura (Estudio comparado de Don Juan). Vigo: Universidad, 1997.
Checa, Fernando y José Miguel Morán. El Barroco. Madrid: Istmo, 2001.
Cortines, Jacobo. Burlas y veras de Don Juan. Sevilla: Fundación José Manuel Lara, 2007.
Donne, John. Canciones y sonetos. Madrid: Ediciones Cátedra, 2004.
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Wölfflin, Heinrich. Conceptos fundamentales de la historia del arte. Madrid: Espasa-Calpe, 2007.

El programa del curso

El Profesor Hernández Anzola originalmente había propuesto:
"En este curso nos concentraremos en dos textos de William Shakespeare: Romeo y Julieta y Antonio y
Cleopatra e intentaremos seguir el recorrido entre ambos de una particular visión del amor trágico.
A lo largo del curso, contrastaremos las variantes de esta visión con algunos puntos de vista canónicos
sobre lo amoroso (Platón, Rougemont, et al.) y trataremos de reconocer cómo esta exploración nutre y se
nutre del sentido de construcción dramática de Shakespeare."

Es sin duda una exploración muy interesante y recurre a otras obras del bardo que normalmente no exploramos en este curso.
Tomaremos algo del espíritu original de la propuesta, tratando de aproximarnos a visiones del desamor y algo del amor en el siglo XVII.
Las lecturas principales propuestas son:
- El burlador de Sevilla y convidado de piedra de Tirso de Molina
- Dom Juan y el festín de piedra de Molière (Además leeremos el Tartufo)
- Selección de textos de John Donne (de Canciones y Sonetos, Elegías, Paradojas y Devociones)
- La doma de la bravía (The Taming of the Shrew o La fierecilla domada) y algunos sonetos de William Shakespeare.

El recorrido lo haremos siguiendo los textos de Oliveros, Maravall y Anceschi.

lunes, 9 de marzo de 2009

Próximas sesiones

Miércoles, 11 de marzo: sesión de imágenes en la secretaría de la escuela

Lunes, 16 de marzo: Lecturas "Sobre el barroco", "El Sacco de Roma" y "Poesía del Barroco" de La mirada del desengaño de Alejandro Oliveros.

Miércoles, 18 de marzo: Tirso de Molina El burlador de Sevilla y convidado de piedra.

Lunes, 23 de marzo: Tirso de Molina El burlador de Sevilla y convidado de piedra. Ensayos de Bruce Wardropper y Ángel Valbuena Prat.

Miércoles, 25 de marzo: Tirso de Molina El burlador de Sevilla y convidado de piedra. Ejercicio

Evaluación del curso

trabajo a mitad del semestre(35%)
Trabajo final (45%)
Ejercicios en clase (al menos 2) y participación en el blog (20%)